miércoles, 9 de diciembre de 2009

Osadía



Elegí un azul de fondo,
para que seas vos
lector quién decida
cuanto de cielo, de mar,
lleva consigo la gaviota.
A eso te reto:
a seguir el vuelo
hasta perder los ojos,
a que ardan tus cuencas vacías,
a probar las aguas
que nunca hicieron dulce al mar.
Si queda algún brillo,
imagina una estrella
fugaz como una ola que se pierde
a la orilla de algún castillo.
Y atrápala, si puedes.