martes, 5 de enero de 2010

Un año sin vos, sin voz




Hay heridas que no cierran y sólo dejan ver hacia adentro.

Hace un año que te pienso antes de dormir, al levantarme, en momentos difíciles, en los instantes de alegría. Y estás, estás entre mis cosas.
El recuerdo te trae siempre distinto, pero vos no cambias. Fuiste, sos y serás el papá posible, ni el mejor, ni el ideal, sino ese que me regaló la vida.
A veces me consuela haberte acompañado durante tus últimas horas, haberte regalado mi sonrisa y que la llevaras con vos; no todos tienen la posibilidad de sonreir por una eternidad.
Pa, jamás olvidaré la mirada de mis hijos al nacer, ni la tuya iluminando mi días.
Que estes en paz.
Te quiero.