miércoles, 23 de julio de 2014

Ese otro idioma

Debo aprender a soltar, a despedir, es difícil, te extraño. Formás parte de mi mundo, de ese mundo tan lleno de recuerdos y de nostalgias de vos. Para muchos fuiste un perro, sólo eso, un montón de pelos, una carita dulce con un par de ojos vivaces, con hocico y orejas de seda. Un chuequito de caminar simpático, un testarudo tenaz. Celoso como pocos, posesivo y gruñon con sus pares. Todo eso y más, eras a simple vista, no para mi. Tus ojos no se cerraron, no, mientras yo te mire y te vea como nadie lo hizo jamás. No importa las escaleras que subía, allí estabas adelantándote para vigilar mi ascenso.Siempre acompañando mis silencios y llenando de ladridos mis alegrías. Nadie compartió mis días con tanta intensidad como lo hiciste, nunca fue necesario que hablaras, el lenguaje crea malos entendidos. La vida necesita ese otro idioma, que comunica y afianza el sentimiento, más allá de las palabras. Extraño tu cola alocada al verme, tu mirada cómplice a la hora de la cena. No sé soltar, siempre te llevé con correa por miedo a que te alejaras. Prometo intentarlo, sólo para verte regresar a mi mundo, tan lleno de recuerdos.......