miércoles, 31 de octubre de 2018


Recorrido



Nacho me besa antes de irse, un roce apenas.
En realidad, besa el aire y en él deja un mensaje:
viví que te quiero así, respirando sentimiento.
La puerta se cierra, inmediatamente abro los ojos, ya no lo veo.
Imagino que cruza la calle convencido de que respiro y se aleja.
Me quedo con un pedido que no hice por estar soñando.
"Nacho quedate conmigo esta mañana" Hagamos el amor.
Llegá tarde a la oficina o no llegues. Demorate conmigo.
Nacho sube al colectivo, lee el diario; se distrae.
Llega a horario.

Vals




"deberías darle todas las vueltas posibles"
M.R


Estos años de vals, música en la vida de una mujer. Estos benditos años.
Su oído musical, ese sentido afinadito que tiene. Esas ganas de poner la voz, de modular.
De abrir la boca y decir, decir algo que alimente. Que llene como la sopa en invierno y a su vez, sea fugaz como el asombro.
Con el impetu que experimenta la infancia, pedalear el deseo de crecer y tener, al final del camino un corazón Gulliver.
Una isla confortable rodeada de océano; y su oído musical.
Ese sentido afinadito que tiene.