domingo, 4 de abril de 2010

Un poema de Gerardo Lewin





Patio

El limonero de casa es infeliz.
¿Hay otro modo de decirlo?

Vive, pero no ha dado frutos
y en su tristeza amarillenta
me insinúa: deja ya de regarme...

¡Ah! ¡Si sólo pudiera irme lejos!

Ahora, en esta fresca noche de primavera vieja,
yo escribo y él deja caer una hoja seca.

G.L