lunes, 23 de julio de 2007

Miércoles 17- diario





Hoy no llueve, no, está nublado y me da la posibilidad de elegir, puedo escribir- preparen sus arcas, el cielo todo caerá sobre vosotros- o bien quitense sus ropas, desnudense, el sol no va a caer.
Hoy es un día como cualquier otro, he bebido mi café, libré mi batalla de humo y me dispuse a viajar sin elegir destino, me aburre soberanamente hacer planes, prefiero sentarme y observar hacia donde voy. Así, sin hacer ruido, no sea que me distraiga y me pierda el asombro; y todo este camino se haga repisado, no. Así, ni una mosca vuela ¿dónde estarán las moscas? podría abrir el frasco de mermelada, pero no, ya no quiero mosquitas muertas. Morir así, de exceso no. Tengo ganas de que mueran como yo, de a poquito, porque es un día como cualquier otro y suena en la radio un tema de Serrat, un tema viejo de Serrat, " porque te quiero a tí, porque te quiero" y ya, apago esa maldita radio, que luego vendrán los pronósticos y esas absurdas probabilidades. Mejor miro el techo, me gusta su color indefinido, que mis ojos por un instante, sientan la fuerza de mis manos, si, un instante, debo cuidar mis ojos. ¿Soñe anoche? siempre recuerdo los sueños cuando miro el techo, por un instante. ¿Qué estaba diciendo? Ah, que hoy no llueve, las cosas, los objetos, tienen el color exacto los días nublados, no opacan, ni brillan; simplemente están ahí.
Voy por otro café.

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