jueves, 19 de julio de 2007

Hábitos alimenticios

No se convirtió en sapo después del beso
ni salió por su ración diaria de insectos;
por primera vez probó la carne
mi querido príncipe vegetariano.

Por una cuestión de instinto
despertaron sus dones;
su espíritu animal,
la mordida,
el brillo de la presa en sus ojos.

Dicen en el reino:
"tierna y sabrosa sabe la pasión
hasta que se enfría".

Mi príncipe ya no come verduras.
Dirige los vientos,
protege el fuego;
me desea.

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