jueves, 19 de julio de 2007

Silogismo

Hacia dónde me lleven estos versos impensados,
no deben agitarse las palabras, rimarse
ni arrimarse siquiera a la fatiga.
Quiero entregarme a la orilla,
extasiada de naufragio.
Que descanse allí mi último silencio
como el destino del pez fuera del agua;
morir por la boca equivocada, quiero.

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