viernes, 27 de julio de 2007

Roberto

A mi padre,
a su oficio.


Ponéte los ojos de ayer.
Sopleteá con tus pasos los caminos,
nostalgio color,
huella de ternura.
Masillá la distancia,
lijá esos años
que voy vestida de ausencia,
necesito impresión,
que asomen los detalles;
lluvia, esta intemperie.

La magia de ayer tus manos,
palomas que ya no vuelan.
¿qué truco me devuelve la caricia?

Pintáme el barrio
que Flores destiñe cada tarde;
no se distingue el asfalto.
Vení, subíte a mi memoria
que te llevo a brillar en el recuerdo.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Es Hermoso este poema q le dedicas a tu papá, te confieso que es la primera vez que leo tu blog y no sólo me quedo con el amor de tus palabras de hija, sino también con la ternura del recuerdo de mi padre...

Adriana (tu amiga y compañera de estudio)

29 de julio de 2009, 18:25  
Blogger comoninguna ha dicho...

Hola Adri!!! que lindo encontrarte en este espacio de letras. Quedo feliz si disfrutaste de la lectura y si la misma, despertó emociones.
Te dejo un beso grande y fue una linda sorpresa encontrarte, de verdad.

29 de julio de 2009, 21:48  

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